«SIN ESTABILIDAD DOCENTE, NO HAY TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA»

«SIN ESTABILIDAD  DOCENTE, NO HAY TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA»

Desde la agrupación Rojo y Negro manifestamos preocupación por las declaraciones de la Directora de Educación Superior del CGE, Mg Mirta Espinosa, quien días atrás, en una nota periodística realizada por El diario, replicada en el sitio oficial de la Dirección de Nivel, anticipó una ”gran transformación en el nivel superior de educación”.

  Al referirse a la normativa, la funcionaria mencionó a un conjunto de profesionales que “estudian la disgregada normativa vigente”, omitiendo al Jurado de Concursos del CGE, siendo este el órgano asignado para tal  tarea, por la Ley de Concursos 9595/95 y por la Carta Orgánica del C.G.E., Res.  4595/11 C.G.E. .

  Más preocupación aun generó uno de los “objetivos” para la Educación de nivel Superior, señalados en la nota periodística, como es el de acceder a concursos docentes de antecedentes y oposición. Sin embargo, dentro de la proyectada “transformación educativa” que hará pie en los años de inversión en educación, no mencionó la marcada precariedad laboral docente en el nivel. Es más, se refiere a “servicios de educación superior”.

     Si bien en otros niveles de Enseñanza se han implementado los concursos de Antecedentes y Oposición, consideramos que es necesario poner en discusión la estabilidad laboral docente, como proceso previo a proyectar Concursos de  Antecedentes y Oposición en el Nivel Superior, dado que es el Nivel  educativo con más precariedad laboral; como así también reconocer  no sólo a los técnicos convocados y a las entidades gremiales, sino también a los cuerpos colegiados referenciados en materia de normativas concursales, en la Ley de Concursos y en la Resolución 4595/11 C.G.E., en el proceso de revisión de la normativa.

   Sólo si desandamos caminos trazados con una mirada parcial, podremos enriquecer a nuestras instituciones educativas y construir conocimiento desde otro lugares. En definitiva, como expresara Andrés Brenner, sólo si, en el discurso, el docente es considerado como un sujeto colectivo dentro de una praxis liberadora, y no como una categoría sesgada.