25 septiembre Día de la libertad de los ríos

A 25 años de la sanción de la Ley 9092 (1997-2022)

25 septiembre Día de la libertad de los ríos

En este día, tan significativo para el calendario ambiental entrerriano, compartimos para su lectura el documento elaborado por un conjunto de organizaciones, en el cual participamos como Seccional Paraná junto a la Secretaría de Defensa de Bienes Naturales Comunes y AGMER CDC.

Este nuevo aniversario convoca a un colectivo de organizaciones a celebrar y poner en valor aquel hito histórico de la lucha por la defensa de los ríos de llanura Paraná, Uruguay y Gualeguay y su patrimonio natural, cultural y social; que fue un logro de la participación ciudadana y el compromiso socioambiental de la comunidad entrerriana.

El Río Paraná es uno de los cuatro ríos más grandes del mundo, conformando el Sistema de humedales que comparte con el río Paraguay desde el gran Pantanal, cumpliendo funciones ecosistémicas que se traducen en invalorables beneficios ambientales a millones de personas y otra infinidad de organismos vivos que habitan en su entorno. También integra el ciclo del agua del Acuífero Guaraní, una de las reservas de agua dulce más importantes del planeta.

Nace en Brasil, pasando por Paraguay y en Argentina, confluye también con el río Uruguay, formando el estuario del Río de la Plata. Aloja una gran biodiversidad en sus aguas y en sus islas, así como en sus costas. Atraviesa áreas densamente pobladas e intensamente industrializadas; convirtiéndolo en un río estratégico a nivel político, económico y sociocultural.

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 La libertad del Río Paraná, hoy consagrada en nuestra Constitución Provincial, en el artículo 85, fue seriamente amenazada hace veinticinco años por un proyecto de mega represa hidroeléctrica. De construirse esta represa hubiera provocado daños ambientales y sociales en el valle de inundación del río, modificación de su sistema hidrológico y natural de funcionamiento, de sus humedales y ecosistemas asociados, produciendo la ruptura de la conectividad biológica de todo el sistema.

 Gracias a la movilización y resistencia social que, llegó incluso a la necesidad de un pronunciamiento de la Justicia Federal, nuestro Río Paraná continúa navegando hacia el mar de manera libre, por eso decimos “nuestra vida son los ríos que llegan libres al mar”

Sin embargo, hoy existen otras amenazas que atentan contra esa consagrada libertad de sus aguas. Por un lado, un reformulado proyecto hidroeléctrico –denominado “Aprovechamiento hidroeléctrico sustentable En un Río de Llanura”–, construcción de un  puente que une Paraná con Santa Fe y obras asociadas con endicamientos viales a gran escala, otras obras de  infraestructura profundización de dragados, construcción de nuevos puertos y otras ampliaciones de la Hidrovía Paraguay-Paraná que, además del impacto ambiental, profundizan la pérdida de soberanía de nuestros ríos.

Por otro lado, la presencia de agroquímicos en sus aguas y en sus barros; la contaminación térmica y química a causa de los complejos termales; la intensa actividad minera de extracción de arenas silíceas para fracking, contaminación con macro y microplásticos, por efluentes cloacales e industriales sin tratamiento. Asimismo, los arroyos, riachos y lagunas que llegan con sus aguas al río, muchas veces, tampoco lo hacen libres pues se encuentran canalizados o entubados y, existe una gran interrupción del paisaje costero por construcciones privadas, emprendimientos, instituciones, etc. que no permiten una real conexión de la ciudadanía con el río.

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Decir libertad de los ríos es pedir también por una ley que proteja y promueva la conservación de los humedales con herramientas de política ambiental adecuadas y principios que inspiren el accionar de los decisores de política pública, con real participación de quienes viven y aman estos ecosistemas. 

No hay justicia social sin soberanía alimentaria y no hay soberanía si las multinacionales son dueñas de nuestros ríos. Por eso exigimos la soberanía sobre nuestros ríos, porque el colonialismo fue y será el mayor responsable de la destrucción de bienes comunes en Latinoamérica.

 Desde el Colectivo “Por la libertad de los Ríos” promovemos la participación activa de la ciudadanía en el ejercicio de sus derechos a vivir en un ambiente sano, equilibrado, apto para el “buen vivir”, (principio sustentado por nuestros pueblos originarios); donde las actividades humanas se den en armonía con el entorno, que permitan mejorar la calidad de vida de las generaciones actuales y satisfacer sus necesidades sin comprometer las de las generaciones futuras; asumiendo también el deber de preservar ese lugar compartido con otros seres y de una enorme riqueza biológica y cultural. 

 Por ello, pretendemos:  

  • ríos que corran libres hacia el mar, sin obras de infraestructuras que limiten su curso, afecten la biodiversidad, desplacen poblaciones, acarreen enfermedades y agraven el cambio climático.
  • arroyos vivos, libres de obras de infraestructuras para que sean espacios de encuentro con la diversidad social y biológica
  • aguas limpias y potables a partir de un mayor control y limitación de las actividades termales e industriales, y la prohibición de vertidos sin tratamiento a las aguas de los ríos de productos tóxicos, químicos y biológicos
  • protección y conservación del Delta del Paraná, valorando los beneficios ambientales que brinda por sí mismo, con una implementación del PIECAS y un real funcionamiento interjurisdiccional, y una ley nacional de humedales consensuada y participativa.
  • un borde costero libre para toda la ciudadanía, respetando la zona de acceso público, sin usurpaciones ni alambrados ilegales
  • el cuidado y la preservación de los recursos pesqueros

 Para ello, debemos ser conscientes de “nuestra capacidad y responsabilidad de hacer”, con el fin de mantener esa libertad que hace veinticinco años fue conquistada con la ley 9092, el 25 de septiembre de 1997 y luego, con la reforma de la Constitución Provincial, en el año 2008, plasmada en ella. Son necesarios esfuerzos, equilibrios y tensiones.

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Es necesario que participemos de la construcción y exigencia de políticas de transición desde el extractivismo y el mal desarrollo hacia la producción sustentable y el consumo responsable. Es necesario que, aunando fuerzas con otros miembros de la sociedad civil, seamos reconocidos en la constitución de nuevos escenarios de resistencia en los conflictos socioambientales actuales y los que se avecinan; y nos apoyemos unos a otros/otras en las difíciles situaciones, siendo conscientes de que compartimos un único destino y una misma Madre Tierra.

 Nuestro mundo atraviesa una multi crisis a causa del cambio climático. Nuestras sociedades y democracias están debilitadas. Estamos firmemente convencidos y convencidas de que, creando fuertes lazos de solidaridad y confianza, podremos ser agentes de cambio, multiplicadores de actitudes y protagonistas del derecho-deber constitucional que tenemos en relación al ambiente, a nuestra Madre Tierra porque creemos que otras sociedades y otros mundos hoy son no sólo posibles sino imprescindibles.

Agmer Seccional Paraná “Susana Peta Acevedo”;

Secretaría de Defensa de Bienes Comunes de Agmer CDC;

Comisión Directiva Central de AGMER;

Docentes “Por la libertad de los ríos”;

Fundación Eco Urbano;

Foro Ecologista de Paraná;

Ecoclub Paraná;

Unidad de Vinculación Ecologista – Fundación La Hendija;

Fundación Cauce;

Parque Escolar Rural Enrique Berduc;

Cuidadores de la Casa Común. Paraná;

PEX (Proyecto de Extensión de la FCyT y FHAyCS UADER “Reserva Natural Protegida Escuela Alberdi”).