Mes de la alfabetización y de la educación permanente de Jóvenes y adultos.
La alfabetización no es un juego de palabras, sino la conciencia reflexiva de la cultura, la reconstrucción crítica del mundo humano, la apertura de nuevos caminos, el proyecto histórico de un mundo común, el coraje de decir su palabra.
Paulo Freire
La alfabetización para niños, jóvenes y adultos, es todavía una meta lejana. El continuo aplazamiento de esta meta es resultado de una combinación de factores, como el trazado de metas demasiado ambiciosas, los esfuerzos insuficientes o descoordinados, y la subestimación de la magnitud y complejidad de la tarea. Las lecciones aprendidas en los últimos tiempos dejan en claro que lograr la alfabetización universal requiere no solo de mayores y mejores esfuerzos, sino de una voluntad política renovada para pensar y hacer las cosas de manera diferente a todos los niveles: local, nacional e internacional.
Un poco de historia
En 1965 representantes de 88 países participaron en Teherán del primer Congreso Mundial de Ministros de Educación. Fue allí, y por primera vez, donde se determinó como prioritaria la participación de la humanidad entera en la lucha contra el analfabetismo, que para ese entonces, alcanzaba a mil millones de personas.
Con ese antecedente y para llevar a cabo el compromiso universal de reducir a cero la tasa de analfabetismo en el mundo, en 1967 la ONU y la UNESCO decidieron que el 8 de septiembre se celebraría el Día Internacional de la Alfabetización. Uno de los objetivos del Milenio se propone lograr la enseñanza primaria universal para el año 2015.
La alfabetización es un derecho humano. La educación básica, de la que la alfabetización es la principal herramienta de aprendizaje, fue reconocida como un derecho humano hace más de 50 años en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Según la UNESCO, una persona es analfabeta cuando “no puede leer ni escribir una breve frase sobre su vida cotidiana”. Sin embargo, tenemos que añadir a los anteriores millones de analfabetos funcionales, es decir, personas que saben leer y escribir una frase sencilla pero que no van más allá de eso (no saben rellenar formularios, interpretar artículos, no pueden calcular precios, no entienden prospectos de medicamentos, etc).
La alfabetización digital es un nuevo desafío que enfrenta la sociedad actual. Cuando antes era suficiente con saber leer y escribir, hoy es necesario saber utilizar las nuevas herramientas de comunicación para presentar nuestras ideas, aprovechando todas las posibilidades que nos brinda la tecnología (fotos, videos, animaciones y demás aplicaciones).
Un poco de cifras…Existen en el mundo 880 millones de adultos que no saben leer ni escribir, de los cuales dos terceras partes son mujeres. De los más de 120 millones de niños que se ven privados de educación básica, las 2/3 partes son niñas (responsables del cuidado de la familia en edad muy temprana).
Quizás la definición más acertada de la alfabetización sea la del pedagogo brasileño Paulo Freire: ‘La alfabetización es más, mucho más que leer y escribir. Es la habilidad de leer el mundo, es la habilidad de continuar aprendiendo y es la llave de la puerta del conocimiento’. Por eso no se deben detener los esfuerzos de los Gobiernos y la cooperación internacional en este sentido. Y este es un buen día para recordarlo.