Por César Pibernus (*)

Este último martes, 13 de octubre, se desarrolló la segunda reunión entre docentes y Gobierno para discutir salario, en el marco del Ministerio de Trabajo provincial. Si bien fue el Gobierno quien convocó a esta paritaria a través de una nota firmada por la presidenta del CGE, Claudia Vallori, la funcionaria llegó una hora tarde a la primera reunión y asistió a la segunda convocatoria sin presentar ninguna propuesta a los docentes.

Quienes advirtieron desde el primer día de este proceso que el Gobierno metía en paritarias la discusión salarial con el propósito de dormir la contundente lucha docente y dilatar los tiempos ante la proximidad de las elecciones, pueden proclamar con firmeza a los cuatro vientos que tenían razón. Sobre todo quienes leen este episodio como un capítulo más de una larga saga de intentos para desmontar nuestros reclamos, que mostró un abanico particularmente variado durante este año.

Recordemos que el Gobierno abrió el ciclo lectivo 2015 denunciando a los docentes ante la Justicia laboral, algunas pocas semanas después de que el gobernador Sergio Urribarri inaugurara con un recital de Miranda en las playas de Mar del Plata un pelotero gigante, promoviéndose como precandidato a presidente de la Nación.

Tras el acuerdo firmado en la Justicia, a principios de abril, el Gobierno eludió reabrir la discusión, a pesar de la solicitud que Agmer hizo constar en aquella oportunidad. Los docentes nutrieron las calles entrerrianas exponiendo la situación de las escuelas, exigiendo la reapertura de la discusión salarial como también el inmediato blanqueo del Incentivo Docente, tal como lo ordena desde hace casi un año el Superior Tribunal de Justicia, a través de un histórico fallo.

La sordera de la patronal motivó que se profundizara el plan de lucha docente, y tras el receso de invierno, el Gobierno apeló nuevamente a la Justicia que dictó, primero, una medida cautelar exigiendo la suspensión de los paros previstos, y luego un fallo vergonzoso que directamente atacó el constitucional derecho a huelga.

Así las cosas, el Gobierno quiso cerrar la discusión salarial en abril y fracasó, quiso que la Justicia ataque el derecho constitucional a la huelga y fracasó. Hoy lo intenta con la paritaria, juega con los tiempos nuevamente, confía en que cuenta con crédito ilimitado y que las necesidades de los docentes pueden seguir esperando.

Hasta hoy vimos cómo el Gobierno en esta paritaria “prende fuego y no quema nada” o, mejor dicho, quema tiempo e intenta apagar las manifestaciones de los trabajadores de la educación.

Mientras esta negociación transcurre al tranco de un caracol, el gobernador Urribarri, que la convocó, corre a la velocidad del cuis: ya se puso el saco de ministro de la Nación dos semanas antes de que los argentinos votemos para elegir presidente.

El Gobernador empezó esta historia soñando con ser presidente, luego se propuso él solo como vicepresidente de quien lo acepte y hoy ocurre esto. Durante todo ese tiempo estuvo absolutamente ausente de la problemática educativa en la provincia y con parches, como los que enumeramos, intentaron tapar el sol de la lucha docente con alguna temblorosa mano. Los docentes seguimos estando acá.

(*) Secretario de Organización de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).

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