Ciento veinte rondas, mil evidencias y una decisión
Ciento veinte rondas, mil evidencias y una decisión
“La pandemia es una llamada de atención sobre el hecho de que el modelo de agricultura industrial altamente ineficiente basado en agrotóxicos y monocultivos está contribuyendo, de múltiples maneras, a la emergencia sanitaria.” (Vandana Shiva)
¿Sabías que el glifosato y demás químicos utilizados en la agricultura permanecen en el ambiente y en los alimentos que consumimos?
¿Sabías que los agrotóxicos debilitan el sistema inmunitario?
¿Sabías que la mejor prevención para cualquier virus es tener fuertes las defensas y que el actual sistema alimentario no solo no nos alimenta, sino que genera condiciones para que nos enfermemos más?
¿Lo sabías?
Nosotros tampoco. Hasta hace unos años, cuando escuchamos a una persona preocupada por la salud de un familiar, cuando leímos una noticia de una escuela fumigada y las consecuencias terribles en la salud de docentes y estudiantes, cuando una persona nos recomendó una lectura y esa lectura nos llevó a otra y en el medio conocimos otras tantas personas que venían sufriendo una enfermedad asociada a los agrotóxicos o estudiando el tema en la universidad o de manera independiente.
Y mientras tanto, esas inquietudes individuales se hicieron colectivas y se fortalecieron para reclamar lo que consideraban justo y urgente, no solo para ellas, sino para toda la provincia: que paren de fumigar con agrotóxicos, porque los agrotóxicos matan.
Marchas y contramarchas de los legisladores, el poder ejecutivo y la justicia, hicieron que este colectivo gritara cada vez más fuerte ¡Basta es Basta! y encontrara una forma visible de expresar el reclamo. Rondar, una vez a la semana, en cada localidad, en silencio y con velas.
Hace 120 martes que la Ronda es reclamo, presencia, lucha, espacio real y virtual de resistencia y alternativa.
Y mientras tanto, desde 2015, científicos de todo el mundo –científicos serios, dignos, no coptados por corporaciones— se han dedicado a compilar y enriquecer un trabajo monumental denominado “Antología toxicológica del Glifosato” que hace apenas unos días, se publica y difunde en su 5ta edición con prólogo de Vandana Shiva, una recopilación hecha por Eduardo Rossi, de más de 1000 evidencias científicas publicadas sobre los impactos del glifosato en la salud, el ambiente y la biodiversidad. http://www.naturalezadederechos.org/antologia5.pdf…
Más de 1000 trabajo científicos, para los jueces de turno que solicitan más pruebas.
Hoy, con más razón ante la necesidad de extremar medidas de salud, el reclamo es urgente: transición hacia una agricultura sin venenos YA.
Revisar el criterio de actividades esenciales exceptuadas del aislamiento social, porque algunas de esas actividades esenciales son las que, paradójicamente, crean condiciones de vulnerabilidad en las poblaciones (no hablaremos aquí de la megaminería porque merecería un capítulo aparte, pero el agronegocio tóxicodependiente es ineludible).
Esta cuarentena es el momento para promover cambios reales en los modos de producir alimentos: Revisar la clasificación de los fitosanitarios en base a estudios serios, prohibir fumigaciones con agrotóxicos en toda la provincia, promover y difundir las alternativas ecológicas para fertilizar y controlar los cultivos, subsidiar pequeños emprendimientos agroecológicos, impulsar a los grandes terratenientes a que dejen de envenenar y producir granos de exportación y reconviertan su actividad a la producción de alimentos sanos.
Lo dice Vandana Shiva en el prólogo de la Antología: “La emergencia sanitaria y el bloqueo ha demostrado que cuando hay voluntad política podemos desglobalizar. Hagamos permanente esta desglobalización de la economía, y localicemos la producción (…) los sistemas de alimentos orgánicos locales y biodiversos proporcionan alimentos sanos a todos mientras regeneran el suelo, el agua y la biodiversidad. La riqueza de la biodiversidad en nuestros bosques, nuestras granjas, nuestra comida, nuestro microbioma intestinal conecta el planeta, sus diversas especies, incluyendo a los humanos, a través de la salud, en lugar de la enfermedad.”
Lo decíamos con motivo del día mundial de la tierra, es tiempo de redireccionar nuestras acciones individuales y colectivas. ¿Conocés en tu localidad a personas que se dediquen a la agroecología y a la producción de alimentos sanos? Si no conoces, preguntá y te va a sorprender la cantidad y variedad de opciones que tenemos para dejar de ir al supermercado a comprar comida chatarra y empezar a alimentarnos de verdad, fortaleciendo nuestro sistema inmunitario y los lazos con la producción local.
Y mientras tanto, los gobiernos y ministerios en sus distintos niveles, la justicia y las universidades, lean la Antología Toxicológica del Glifosato, escuchen a los que saben, para tomar decisiones acordes a los principios de bien común que pregonan por estos tiempos de pandemia.
Secretaria de Educación Ambiental y Docentes Por la libertad de los ríos.
Paraná, 28 de abril de 2020.