Rostros de la Memoria

Actividad en el marco de la Semana de la Memoria

Rostros de la Memoria

Se presentó en Seccional «Rostros de la Memoria», serie de carteles de docentes entrerrianos detenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. Música, diálogo, poesía, un salón colmado y un auditorio atento para decir con convicción NUNCA MÁS al terrorismo de Estado.

Estuvieron presentes estudiantes y docentes del Colegio Nacional, ESJA «Maximio Victoria» y ESJA «Atahualpa Yupanqui».

Los compañeros Claudio Puntel y Carolina Cattaneo, secretarios de DDHH y Cultura de AGMER CDC y Seccional Paraná, respectivamente, desarrollaron un breve contexto histórico de la última dictadura cívico-militar y su vínculo con el presente.

La música estuvo a cargo de Horacio Lapunzina, quien, a través del piano y su voz, enmarcó la jornada con canciones de Charly García, Atahualpa Yupanqui y Jorge Fandermole.

Como cierre de la jornada se descubrieron los carteles que quedarán expuestos en nuestra Seccional.

Compartimos a continuación un texto elaborado por la compañera administrativa en la Secretaría de Prensa de CDC, Virginia Serotkin Molinas, quien estuvo a cargo de la investigación del archivo y edición de los carteles en 2023.

Memoria, siempre memoria. Siempre.

Muchísimas son las actividades y acciones que, como sindicato, se han hecho y hacen cada mes de marzo para revalorizar la siempre presente búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia respecto a la última dictadura cívico-militar que vivió nuestro país hace ya 48 años.

Desde la Secretaría de Prensa y de DDHH de AGMER Central hemos hecho, en ese contexto, cuadernillos, revistas, boletines, volantes, afiches, banderas… Con ellos llegamos a las aulas de cada rincón de la provincia y nos han servido para dar, en los contextos más diversos de estos 41 años de democracia, todos los debates.

Cuando el año pasado desde la Seccional Chajarí consultaron si existía un listado de docentes entrerrianos desaparecidos en la última dictadura, nos dimos cuenta de que ese listado si, efectivamente, existía, pero nunca lo habíamos trabajado específicamente desde el gremio en nuestros materiales. Y fue entonces que, luego de dar con el mismo, pensamos en la mejor manera de que esas y esos docentes, sus historias, sus rostros, sus vidas, estuvieran presentes en cada seccional de AGMER y sirvieran, en el contexto que sabíamos se avecinaba, para dar una dimensión real y tangible a la lucha encarada por ellos y ellas hace ya más de 48 años.

Como nos pasó con el cuadernillo que editamos en 2018 “Nietos y nietas. Identidades recuperadas”, tomamos con firmeza la definición de ponerle historia y rostro a números. Que es la manera más concreta que tenemos de darle batalla real al negacionismo. Acá están. Estos son. Acá sus familias, acá sus casas y direcciones. Acá militaron, acá estudiaron, acá se reunieron y acá lucharon. Acá, también, fueron secuestrados. Y acá torturados. Y acá, creemos, desaparecieron y no se los vio nunca más. En este sitio sus padres esperan, sus abuelas, sus amigos. En este lugar las y los seguimos buscando. Y sus luchas siguen en pie.

Para quienes hace años nos formamos y pateamos calles, gobierne quien gobierne, sosteniendo firme en nuestras manos los carteles con los rostros de nuestras y nuestros desaparecidos.

Para quienes acompañamos y marchamos a la par de la ronda sin fin de Madres y Abuelas; para nuestro sindicato y todas las organizaciones y organismos de Derechos Humanos, este no es un año más. Y sabemos que los años que tenemos por delante tampoco serán fáciles. El año pasado ya flotaban en el ambiente los aires por venir, por eso, cuando nos dimos a la tarea de rescatar las 17 historias de las y los docentes entrerrianos desaparecidos definimos que no era con volantes o flyers que debíamos difundirlas.

Hicimos cuadros, estos cuadros, los 17. Cada uno con su foto, cada uno con su historia. Lo más visibles posibles, lo más legibles, lo más claros. Estas y estos son. Gente que entra al gremio: estas y estos son. Cadetes que entran a traer cosas: estas y estos son. Hijas e hijos que acompañan a sus padres a las asambleas y se quedan pasilleando: estas y estos son. Y en este gremio no hay lugar al negacionismo. Acá están sus rostros. Acá no se discuten sus luchas. Son nuestras y nuestros 17. Y son 30 mil.

Cómo hicimos los cuadros ya forma parte de la anécdota y la cocina del trabajo diario. Como en el libro de Nietas y Nietos, a veces las historias son claras y concretas, y a veces el ir y venir de familias huyendo de la tortura y la represión hacen que las cosas tomen giros más complejos y menos rastreables. “Nació en Concordia, estudió en Rosario, vivió en Buenos Aires, secuestraron a su pareja y se mudó a Jujuy”… poco a poco armamos así los 17 rompecabezas. Las fotos, una vez más, contaron con el invaluable archivo de Madres y Abuelas, que llevan, también, más de 40 años poniéndole rostro e historia a tanto vacío y ausencia. Respondiendo con imágenes, también, al negacionismo.

¿Para qué estos cuadros?

Como los afiches, los libros, los volantes, los posteos, los cuadernillos y las mil formas que nos damos como pueblo, como sindicato, para decir. Para no callar. Para transmitir de generación en generación. Para que ni en nuestras bocas ni en nuestros discursos, mucho menos en nuestras escuelas ni con nuestras alumnas y alumnos, se ponga en duda la Memoria, se distorsione la Verdad o se bajen los esfuerzos en la lucha por Justicia. Porque nuestras y nuestros desaparecidos no merecen menos. Porque tomamos sus banderas, les damos forma de cuadro, las bañamos de tinta y las volvemos a poner a circular. Así, durante 48 años, sin descanso.

Porque aprendimos de las Madres y las Abuelas y porque, aunque algún día ellas no estén, aunque algún día nosotros y nosotras no estemos, las semillas de mantener viva la historia que fuimos sembrando en el camino tendrán bien firmes sus raíces. Por las y los TREINTA MIL detenidos desaparecidos, por las y los nietos que nos quedan por encontrar. Por Memoria, Verdad y Justicia, ayer, hoy y SIEMPRE.