Crónica de la marcha por los humedales en Paraná

Crónica de la marcha por los humedales en Paraná

Crónica de la marcha por los humedales en Paraná

A partir de las tres de la tarde la plaza Mansilla se fue poblando de personas con barbijos y carteles coloridos. No estaban paseando ni transgrediendo las normas. Una situación urgente les convocaba, una situación que afecta a toda la región: los humedales arden y hay que detener las quemas y preservar uno de los reservorios de biodiversidad más grandes del mundo.

La marcha fue convocada por la Multisectorial por el Delta, recientemente constituida en nuestra ciudad, pero que ya tiene sus organizaciones hermanas en Rosario y Santa Fe. Un equipo ágil y dinámico, en su mayoría de jóvenes, con comisiones de logística, seguridad y comunicación, se puso al hombro la convocatoria, por una situación que debería tener en vilo a toda la ciudadanía, pero que, a la hora de poner el cuerpo, tiene sus resistencias en esta Paraná un tanto dormida.

Las campanas del reloj de Casa de Gobierno anunciaron las 15.30 y la marcha se inició por calle Santa Fe, encabezada por una bandera que, en colores negro y verde, expresaba “Ley de Humedales. Basta de Ecocidio. Ya”

Mayoría de jóvenes y mujeres conformaron una columna extensa de varias cuadras, respetando el distanciamiento social, seguidos por ciclistas y algunos autos.

Por la situación de pandemia que estamos atravesando, se convocó a que todas las personas que no pudieran salir a la calle por pertenecer a grupos de riesgo o tener mayores a su cuidado, acompañen desde sus casas con una foto o un video. Las redes sociales explotaron. Y algunas ventanas y puertas dejaron ver sus carteles con la leyenda “Yo también soy naturaleza. Ley de Humedales Ya”.

Una batucada enérgica, con creativas estrofas, denunciaba la contaminación, la complicidad del gobierno con los sectores económicos de poder y la necesidad urgente de una ley de humedales con control social, mientras la columna de gente se desplazaba por Alameda de la Federación, calle Corrientes y Gregoria Matorras, según el recorrido previsto.

Vecinas y vecinos curiosos se asomaron desde sus balcones y ventanas, apoyando con un brazo en alto, palmas o mirando con intriga. Conductores de autos, detenidos en la esquina, sumaron su adhesión con la bocina o expresaron disgusto con su rostro por la mínima demora que el paso de la marcha les provocaba (siempre aparecen aquellos que no ven más allá de su nariz, como esa señora indignada que increpó a personal municipal que se encontraba en la costanera para que tomara medidas contra quienes participaban de la marcha, mientras ella hacía uso del mismo espacio público y de su libertad de caminar por el parque con una amiga. -nota de color al margen-).

La lluvia del día anterior había aplacado el humo y una cortina de nubes difuminaba la luz solar para dar un marco de belleza al río y sus islas. Fondo casi artístico para la diversidad de carteles que se fueron colocando al llegar a la Plaza de la Colectividades y culminar la marcha con la lectura de un documento y un micrófono abierto.

Pluralidad de voces y de organizaciones, pero un solo reclamo: que cesen las quemas y se promulgue una ley de humedales que tenga en cuenta “las voces de quienes habitan los humedales y sus inmediaciones, para llevar adelante procesos de toma de decisión y construcción de políticas públicas para la conservación, que sean efectivos y procuren una solución real para estos ecosistemas”.

Con un auditorio atento y respetuoso, el documento hizo un poco de historia acerca del “ecocidio que está arrasando con los humedales y que tiene su raíz en el modelo agroexportador extractivista” y resaltó la necesidad de “ir hacia modos de vida que sean respetuosos de la naturaleza, nuestra casa común, de la cual somos parte”.

La cuerda de candombes expresó en sonidos esta fuerza colectiva que crece desde abajo, cerrando la jornada, y renovando las energías para lo que sigue: voces que necesitan ser escuchadas y que cada vez serán más fuertes para defender lo único que nos permitirá vislumbrar un futuro posible. Sin humedales no hay futuro.

María José López Ortiz
Secretaria de Educación Ambiental

Agmer Seccional Paraná
Susana”Peta” Acevedo